Comentario
Es la región peninsular donde más se ha desarrollado la investigación sobre el Neolítico, dando como resultado el conocimiento de numerosos lugares arqueológicos y un importante volumen de datos, tanto a nivel material como a nivel económico y territorial. Quizás sea en el sur de la provincia de Valencia y norte de Alicante donde se concentran algunos de los yacimientos más importantes de todo el Mediterráneo occidental.
Estos yacimientos han confirmado la existencia de dos tipos de ocupación diferentes, que responden a un patrón de asentamiento y de subsistencia dual que sería el resultado del contacto entre las influencias llegadas desde el exterior y las sociedades epipaleolíticas locales, según el modelo propuesto por el profesor Bernabeu comentado líneas atrás.
Yacimientos tan bien conocidos como la cueva de la Sarsa (Bocairente, Valencia), la de L'Or (Beniarrés, Alicante) o la de Cendres (Moraira, Valencia) muestran un primer nivel de ocupación con todos los elementos típicamente neolíticos ya presentes. La cerámica cardial es abundantísima y ofrece una rica decoración, la presencia de útiles líticos como hoces o hachas pulimentadas, la identificación de varias especies de trigo y cebada y la deforestación del paisaje circundante indican una presencia humana activa practicando la agricultura intensiva y, asimismo, la presencia de restos de ovicápridos, cerdos y bóvidos muestran el conocimiento y explotación de los animales domésticos.
Por el contrario, otros yacimientos como la cueva de La Cocina (Dos Aguas, Valencia), la de Mallaetes (Valencia) o la de Llatas (Andilla, Valencia) ofrecen niveles estratigráficos correspondientes al Epipaleolítico demostrativos de una progresiva evolución de este substrato local sobre el que se van asimilando las nuevas aportaciones representadas, sobre todo, por la cerámica cardial.
El Neolítico Inicial, tan bien identificado en muchos yacimientos, va evolucionando lentamente en los mismos lugares, perdiendo poco a poco sus señas de identidad características; la cerámica cardial fue reduciendo sus porcentajes y se fueron adoptando otras técnicas decorativas o fabricando cerámicas lisas que algunos autores han querido identificar con una fase de Neolítico Medio no tan bien independizada como en Cataluña.
En cambio, se habla de un Neolítico Final desde mediados del IV milenio, 3500-2500 a. C., representado tanto en las cuevas conocidas, como en yacimientos al aire libre entre los que destacan La Ereta del Pedregal (Navarrés, Valencia) o El Arenal de la Virgen (Villena, Alicante). Lo más significativo de la cultura material es la presencia de cerámicas lisas con formas de recipientes nuevas, mientras en el poblamiento se nota el aumento de asentamientos al aire libre que parecen indicar la generalización de este nuevo tipo de hábitat, cada vez de mayor tamaño a pesar de que los datos sobre la estructura de estas aldeas no son muy abundantes.